lunes, 6 de agosto de 2012

Comunidades presenciales y virtuales en Venezuela - Juan Bautista Martínez Rodríguez


         En un primer punto, y tratando un nivel mas general, no se puede negar la influencia que ha tenido el vertiginoso desarrollo de los distintos medios comunicacionales en los últimos cinco o diez años (haciendo hincapié en aquellos de carácter digital) en la participación política del hombre, particularmente en los jóvenes. Pareciese que este nuevo mecanismo se ha consolidado al mismo nivel de aquellos de corte tradicional.

            Ahora bien tocando el tema de la participación política en el caso venezolano, tomando como punto de referencia la generación de jóvenes, se pueden considerar dos aspectos relevantes: el primero consiste en el interés común que pueda poseer el individuo cuando se encuentra dentro de su comunidad (puede tratarse tanto de una presencial como virtual) y el cual se basa en una aceptación o rechazo, todo esto en sentido de comunidad, de aquellos elementos que se encuentran en el entorno; el segundo aspecto radica en el impulso que siente el individuo de pertenecer a una esfera mayor que si mismo, entendido como la unión a un partido político, sociedad civil, movimiento social, etc. Y que para el caso venezolano (así como también se evidencia de manera general en el resto de América Latina) la mayor parte del tiempo el individuo no responde únicamente a un conjunto de propuestas políticas que lo representen sino responde al elemento del personalismo del cual ni los jóvenes ni la plataforma digital como TIC se escapan. A pesar de esto, al abrirse un nuevo elemento como lo es todo el sistema de plataforma digital, se desecha la idea de que solo se puede realizar participación política en espacios físicos y se busca entrar en estos nuevos espacios con el fin de incrementar la misma.

Se puede hablar entonces de una discusión entre comunidades virtuales y comunidades presenciales y cuál sería la más adecuada o provechosa para el caso venezolano. Las comunidades virtuales en cuanto a participación política han proliferado enormemente a través de los últimos años, sin embargo al momento de considerar su efectividad habría que considerar varios elementos donde resulta quizá el más resaltante el tema de la educación entendido como la capacidad y los medios de instruir a la población en estos nuevos mecanismos de participación política que en el caso venezolano resulta deficiente. No se le puede quitar meritos a estas comunidades virtuales ya que han servido como gran apoyo para la organización de distintos grupos o eventos además de un excelente medio de información pero carece de esa facilidad de acceso que su utilidad pareciera llegar hasta ahí. En cuanto a las comunidades presenciales, a grandes rasgos resulta ser más efectiva y ocasiona mayor “sonido” o efecto en la población ya que tradicionalmente toda esta agrupación de partidos políticos, sociedades civiles, ONG, etc. han venido apelando al orden presencial (por poseer mecanismos bastante tradicionales) que aun siguen ocasionando buena respuesta ya que muchos individuos se sienten identificados o las propuestas y proyectos que exponen han satisfecho de alguna forma sus necesidades. En resumen, no se busca opacar el éxito que ha podido tener la participación política virtual, pero para el caso venezolano, aun hay un proceso bastante largo de crecimiento para colocar a la par de la participación presencial.

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